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Translation via Jennifer Rodriguez
Mi disposición en reposo implica audífonos en mis oídos y música tocando. Es un consuelo y un lujo tener mi día en contra de una banda sonora de mi elección.
Caminar a la tienda al ritmo de los tambores que guía mis pasos. Mientras leo, las cuerdas orquestan el movimiento de mis ojos. Cuando salió mi lista de reproducción de Spotify “2020 Wrapped,” una pequeña sensación de orgullo se apoderó de mí mientras asimilé las miles de horas que pasé escuchando música y podcasts durante los últimos 365 días.
Una pequeña sensación de orgullo se apoderó de mí mientras asimilé las miles de horas que pasé escuchando música y podcasts durante los últimos 365 días.
Recientemente, he tenido una realización que me ha puesto en desacuerdo con mi rutina habitual. Ves, con mis audífonos puestos y mi música encendida, estoy envuelta en la creatividad pero completamente separada del silencio.
Me apresuro a evitar el silencio, queriendo ir más allá de un estado que antes consideraba aislado o incómodo. He comenzado a esforzarme por inclinarme hacia el silencio y reconocer que este estado no es vacío, sino que está repleto de posibilidades. Con melodías pulsando en nuestras mentes, sintonizamos las sinfonías que nos rodean—fragmentos de conversaciones que se escuchan al pasar, sonidos de pájaros, risas y mucho más.
Con melodías pulsando en nuestras mentes, sintonizamos las sinfonías que nos rodean.
Hoy, te animo a crear intencionalmente momentos de silencio dentro de tu día. Al ahondar en el silencio que nos rodea y dentro de nosotras, que encontremos que hay música en todas partes esperando ser descubiertas.
Sam Miller, la familia Darling
